Supongamos que nos encontramos con un grupo de personas que ha estado fumando maría durante un buen rato. Y que les decimos: “Vais hasta las cejas de THC”.
Es casi seguro que alguno de ellos preguntará: «¿Y eso del THC qué es?»
A continuación, sus compañeros, sepan o no lo que es el THC, probablemente repetirán la pregunta varias veces, porque les parece una pregunta muy simpática y ocurrente, y comenzarán a carcajearse sin tino ni mesura, hasta que les llegue uno de esos breves momentos de lucidez y reflexión.
Así que, para todos aquellos que aún no lo saben, vamos a explicar con detalle qué es el THC de la marihuana:
Qué es el THC
Muy sencillo: el THC no es más que una abreviatura de una palabra bastante complicada de pronunciar, especialmente si antes se ha fumado marihuana. Nos referimos al tetrahidrocannabinol. Parece un trabalenguas, pero no lo es.
El tetrahidrocannabinol o THC es uno de los muchos principios activos que contiene la planta de la marihuana, y para ser concretos, es el causante específico de los efectos psicoactivos y estupefacientes de la maría. En adelante, para simplificar, utilizaremos la abreviatura THC en lugar del nombre completo.
Cuáles son los efectos del THC
Los consumidores de marihuana conocen muy bien los efectos de esta hierba. Pero para hablar con toda propiedad, esos efectos no son provocados por la planta en sí misma, sino por el THC activo que contiene.
Para los no iniciados, relacionamos cuáles son los diez principales efectos psicoactivos que puede provocar el THC:
- Propensión a la risa injustificada y sin control
- Sensación de relax
- Estados eufóricos
- Distorsión cognitiva de las distancias y el tiempo
- Descoordinación psicomotora
- Dificultad para hablar y vocalizar
- Imposibilidad de razonar y aprender
- Pérdidas intermitentes de memoria
- Dificultad para realizar tareas sencillas
- Estado de confusión
A dosis demasiado elevadas para el nivel de tolerancia del consumidor, pueden presentarse vahídos y mareos, taquicardias graves, ideas paranoicas, ataques de pánico y ansiedad, agresividad, desvanecimientos e incluso la muerte, en caso de una fuerte sobredosis.
Cómo reducir los efectos en el cuerpo
Los efectos más peligrosos de la marihuana tienen su origen, precisamente, en la imposibilidad de calcular con exactitud la cantidad de THC consumida.
Dependiendo de la variante de la planta, de las partes utilizadas, y de los parámetros de cultivo, una planta puede tener hasta 5 veces más THC que otra.
Si el consumidor dispone de plantas propias para autoconsumo, más o menos sabe hasta dónde puede llegar, puesto que todas sus plantas tienen un nivel similar del psicoactivo THC.
Los problemas vienen cuando se adquiere la hierba a terceros, sin tener ni idea de su procedencia ni de su potencia, es decir, de cuanto THC tiene esa maría. Sin contar con la posibilidad de que la hayan embebido de otras sustancias desconocidas, antes de secarla, para multiplicar el efecto psicoactivo del THC y hacerla más adictiva.
Cuando se presenta uno de estos casos, todos pretenden conocer algún truco para rebajar el “trompetazo”: beber agua, comer, descansar, caminar, tomar café, pimienta y limón, tumbarse, respirar profundamente, etc. Si los analizamos, son exactamente los mismos que se indican para una borrachera alcohólica y no funcionan. Con la marihuana, tampoco funcionan.
Incluso se habla de la efectividad del CBD (el principio activo del cáñamo) para rebajar los efectos de un “colocón” de maría. De momento, no tenemos un solo dato científico que confirme dicha conjetura, ni sabemos de dónde ha salido, además de que la indicación carece de toda lógica.
La realidad es que, al igual que el alcohol y otras drogas, el THC tiene su propio tiempo de eliminación orgánica, y hasta que esto ocurra, cualquier esfuerzo será baldío.
Para terminar, si vemos que alguien se siente realmente mal tras consumir marihuana, lo más razonable es llevarlo cuanto antes a un centro médico. No se debe jugar con el fuego, y tampoco con la marihuana.