El proceso del buen cortado, secado y pelado de los cogollos de marihuana será el que garantice la conservación correcta de tu cosecha. 

Normalmente, el cultivador de marihuana invierte en el cuidado de sus plantas no solo su dinero y tiempo, sino también grandes dosis de ilusión y mimo. Saber cuándo podar la marihuana es clave para obtener una recompensa adecuada, así como conocer las pautas de secado o curado, de los que dependen en gran parte el éxito final.

Disponer de las herramientas apropiadas, como puede ser el caso de una peladora de cogollos de marihuana, también resulta de gran ayuda y garantiza resultados de gran calidad.

Cuándo cortar la marihuana

A todos los cultivadores noveles les preocupa cómo podar la marihuana. Para determinar el momento apropiado y saber cuándo cortar la maría, debemos tener en cuenta varios aspectos.

El color de las gotas de resina debe comprobarse con una lupa o incluso con un microscopio, en caso de que podamos disponer de él. Cuando la apariencia de los tricomas sea blanquecina, quedando un máximo del 20 % tirando a color ambarino, sabremos que es el momento adecuado para cortar.

La mayoría de los pelitos blancos o estigmas para ese tiempo se habrán puesto de color marrón, en una proporción aproximada del 80 %.

En cualquier caso: debemos fijarnos bien en las indicaciones que nos aporte el banco de semillas, ya que siempre nos debe orientar sobre la fecha aproximada de maduración.

Pelar la marihuana

La planta debe pelarse para eliminar las hojas que no tienen resina, sobre todo las de mayor tamaño. Esto evitará que nuestra planta se seque o enferme, por ejemplo por problemas de hongos.

Los cogollos grandes deben separarse en trozos de menor tamaño, para lo que podemos utilizar herramientas o peladoras.

El proceso de secado de la marihuana

La cuestión de cómo secar la marihuana es una de las máximas preocupaciones de los cultivadores noveles. Sin embargo, si se siguen unas recomendaciones básicas, el proceso de secado no tiene por qué suponer ninguna complicación.

Lo principal es que el secado se realice en un ambiente fresco, ventilado y oscuro. La temperatura recomendada suele oscilar entre los 16º C y los 20º C, con un nivel de humedad del 50 %. Estos datos deben mantenerse controlados, sobre todo los primeros días que es cuando los cogollos tienen más agua.

Las ramas separadas se colgarán en cuerdas, o bien pueden colocarse los cogollos directamente en una malla de secado durante dos o tres semanas. 

A partir de aquí pasaremos a la fase de curado, utilizando recipientes herméticos protegidos de la luz, que al principio deberán abrirse regularmente para eliminar posibles restos de humedad.

 

En conclusión, cortar, secar y pelar cogollos de maría es un proceso relativamente sencillo, que requiere de cierta paciencia y dedicación. Cuanto más tiempo se invierta en estos procesos y mejores herramientas se utilicen, más satisfactorios serán los resultados. Una vez tengamos la marihuana totalmente seca, la curación en botes cerrados hará que se potencie su olor y su sabor.