¡Por fin lo has conseguido! Tus cogollos están secos, curados y listos para fumar. Pero de pronto te das cuenta de que algo falla. El sabor no es agradable y casi no puedes quemar el material. Esta es una experiencia provocada por un lavado inadecuado de las raíces de tus plantas. El lavado de raíces de marihuana elimina los nutrientes y minerales residuales del desarrollo, mejorando la calidad de los cogollos. Su procedimiento consiste en usar agua corriente para eliminar todos los restos de la tierra, lo que contribuye a la calidad de tu cosecha. Al hacerlo, forzamos a la planta a consumir todo el alimento disponible, tal y como el cuerpo quema las grasas acumuladas cuando escasea el alimento.
Cuándo hacer el lavado de raíces
Por lo general debe comenzar dos semanas antes de la cosecha. Así, si la planta tiene un periodo de floración de ocho semanas, el lavado tendrá que empezar seis semanas después del inicio de esta etapa. También puedes fijarte en los tricomas (los pequeños vellos de las hojas que ayudan a la planta a absorber agua, regular la temperatura y protegerla contra depredadores). Naturalmente son traslúcidos, pero cuando los tricomas se vuelven oscuros es un buen indicador de que puedes empezar con el lavado de las raíces.
Este procedimiento, asimismo, puede contribuir a restaurar la tierra. En ocasiones los cultivadores riegan de más las hierbas por accidente, lo que provoca que la punta de las hojas cambie de color o se marchite. El lavado puede retirar el exceso y corregir el problema. Puedes hacerlo en la fase vegetativa para eliminar, además, el exceso de fertilizantes, el cual puede causar un bloqueo en la absorción de nutrientes. Todo lo que tienes que hacer es encharcar el terreno, dejando que el agua acumule todos los nutrientes durante unos minutos, y luego volver a inundarlo para aclarar.
¿Cómo lavamos las raíces de marihuana?
Aunque el lavado debe realizarse siempre antes de la cosecha, a veces el bloqueo de nutrientes, mencionado arriba, suscita la necesidad de hacerlo antes de lo usual. Para prevenir su impacto, puedes lavar las raíces rutinariamente, por ejemplo antes de que tus plantas entren en el periodo de floración y de nuevo en la mitad de esta fase. Así reducirás la posibilidad de que se produzca.
Por otro lado, se desaconseja el lavado de raíces en una tierra muy fértil, ya que estos suelos generan microorganismos, como bacterias y hongos, beneficiosos e incluso indispensables para el desarrollo de las plantas. La destrucción de este delicado equilibrio ecológico puede dañarlas. Al usar este tipo de tierra, el no lavar las raíces no representará un problema, puesto que los microorganismos descomponen la materia orgánica y facilitan la absorción de nutrientes de las plantas.
Una vez empezada la cosecha, tómate tu tiempo. La diferencia, por un pequeño esfuerzo, es gigantesca. Notarás la recompensa de tu arduo trabajo en la primera calada que des a tu porro. ¿Sabías que la marihuana tiene un menor impacto en la salud que el tabaco? Y quién diría que podrías mejorar su calidad aún más añadiendo agua a la fórmula.