Se conoce como poda apical a uno de los métodos más comunes en el cultivo de marihuana, sobre todo si estamos cultivando en espacios reducidos.

Este sistema de poda de marihuana se podrá hacer tanto en cultivos de exterior como en cultivos de interior, siempre y cuando la planta tenga ya un mínimo de tres nudos.

El procedimiento de la poda apical de la marihuana consistirá en cortar la punta u ojo, siempre durante el primer ciclo del cultivo, antes de que empiece la floración. La poda no afectará al desarrollo de tu planta, que seguirá creciendo abundantemente, no tanto en altura sino en forma de Y, produciendo ramas laterales y reduciendo el crecimiento vertical.

Por cada corte que le realicemos crecerán dos brazos, que constituirán copas centrales con cogollos más pequeños pero muchísima más cantidad.

Poda apical: beneficios, ventajas e inconvenientes

El principal beneficio de la poda apical es que podemos controlar el espacio que ocupan nuestras plantas, aprovechando todo el espacio interior con pocas plantas, o disimulando la altura de nuestros cultivos de exterior, siempre sin perder cantidad de producción.

Otra de las ventajas es que al dar a nuestra planta la forma que nosotros deseemos, la haremos mucho más manejable y eso nos facilitará su observación y cuidados.

Ante todo, hemos de saber que no todas las variedades de plantas de marihuana pueden soportar esta poda. Es necesario informarse al respecto si tenemos planeado llevarla a cabo para elegir las semillas adecuadas.

El tiempo de crecimiento puede ser algo mayor, aunque esto no es en sí algo negativo. El único verdadero inconveniente podría producirse en caso de no cortar bien la rama, lo que podría afectar el crecimiento de la planta. Se debe hacer siempre un corte limpio para evitar que la planta sufra estrés. 

Para evitar problemas, lo más conveniente es usar selladores naturales en los cortes, controlando así la posible aparición de plagas.

Cómo y cuándo realizar la poda apical

  1. Asegúrate de que tu planta tenga tres nudos o más.
  2. Aplica un corte limpio en el tercer nudo.
  3. Utiliza selladores naturales y/o fertilizantes.

A partir de ese momento la planta resistirá todas las podas que necesitemos hacerle.

Poda apical en interior

La finalidad de la poda apical en el interior suele ser controlar el espacio que ocupa la planta, aprovechando todo el espacio con menos plantas. La relación es sencilla, a más plantas, menos podas.

Los cultivadores expertos aconsejan usar mallas para obtener una alta producción de buenos cogollos.

Poda apical en exterior

La poda apical en los cultivos de exterior permite disimular la plantación, para que no llame la atención, ya que algunas plantas podrían alcanzar los tres metros.

Al obtener largos brazos tras la poda, las plantas serán más bajitas. Debemos seguir haciendo podas, hasta que empiece la floración, para obtener una cosecha igual o mayor a la que nos daría una planta que alcanzara su altura total. 

 

En definitiva, la poda apical de marihuana es un método que nos permite controlar el espacio que ocupa la plantación, manteniendo el cultivo abundante. Es muy ventajosa en interior para aprovechar todo el espacio, así como en exterior para disimular la plantación. La poda debe hacerse cuando ya la planta tenga al menos tres nudos y puede repetirse las veces que sea necesario, utilizando selladores y fertilizantes para evitar que sufra estrés.